Por: Dr. Mauricio Reyes Lozano
Este medio informativo fue invitado al evento que con motivo de su reunión ordinaria celebró la Peña Taurina “La San Luiseña” este pasado sábado 22.
Dicha reunión se llevó a cabo en la “Finca La Grande”, en la Sección “La Velaria”, de la Familia Torres Landa, allá por los rumbos del Maravillal, y fue espléndidamente presidida por la extraordinaria anfitriona de la Licenciada y empresaria Julieta Lugo, quien se lució con ricos platillos mexicanos y coreografía del lugar y la siempre acertada atención de Grupo Siurob, además de la soberbia actuación de la intérprete musical Aida Benítez, quien deleito con su bella y armoniosa voz todo el evento, llenando de nostalgias y alegría la reunión con su variadísimo repertorio de música taurina, vernácula y baladas.
Fue la mesa directiva de la Peña Taurina quien brindó la bienvenida a los asistentes e invitados taurinos de esta ciudad, destacando el Ingeniero Flores actual heredero de la Hacienda de Zamarripa, legendaria ganadería de toros bravos en este municipio y el empresario taurino de Finca “La Gloria” Sr. Martin Becerra Morín, así como taurinos de Querétaro, Estado de Hidalgo y San Miguel de Allende, al igual que diversos miembros de la Peña.
Destacó el Presidente de la Peña, la invitación para el próximo evento organizado por esta organización, a beneficio del albergue del Hospital Materno Infantil de esta ciudad, el cual se llevará a efecto en el mes de mayo próximo, haciendo suya dicha invitación miembros del patronato que se ha constituido para la construcción de tan necesaria instalación de apoyo a familiares de pacientes de dicho nosocomio, quienes engalanaron el suceso con su presencia.
El orden del día de la reunión, estuvo compuesto por la participación de tres grandes invitados a compartir sus vivencia y experiencias taurinas:
El excelente ganadero, Ernesto Cuevas, compartió cómo la legendaria ganadería de Don Carlos Cuevas Lascurain fue fundada en el año de 1926 en lo que fueron alfalfares de la Hacienda de los Morales, hoy Polanco. En 1949 a la muerte de Don Carlos Cuevas Lascurain la heredan sus hijos, Don Ernesto Cuevas Vallejo y Ana Cristina Cuevas de Escobar en la hacienda de El Salto, Hidalgo, preciosa hacienda que perteneció a la familia de Don Pedro Romero de Terreros y a Don Carlos Rincón Gallardo Marqués de Guadalupe, Heredan sus hijos: Carlos Valente (+), Marina (+), Ernesto, Jorge y Alfonso Cuevas Hernández en el año de 1983. Convienen conservar la ganadería. En el 2009 deciden repartirse la ganadería y se cambian a la hacienda del Sauz, que fue en un principio propiedad de la familia de Don Luís Barroso, en Chapantongo, Hgo., formando así las ganaderías de Maravillas (Alfonso Cuevas Hernández), Acapangueo (Jorge Cuevas Hernández) y (Ernesto Cuevas Hernández) que lleva la actual ganadería de Ernesto Cuevas, vacada ahora en manos de la cuarta generación, que conserva la sangre pura de Coquilla, Pérez Tabernero y San Mateo con lo que se fundó originalmente.
Vertió extraordinarios comentarios sobre situaciones del elenco torero y de ganaderías históricos y de la actualidad, así como conceptos valiosos de la crianza del toro y su manejo en la actualidad
En segundo asunto del orden del día disertó sobre la Dinastía torera de los Silveti, el escritor Eduardo Solís Díaz, Autor del libro “La Dinastía Silveti” y Juez de plaza en Querétaro por más de diez años; vibró al hablar de esta dinastía orgullosamente guanajuatense, expuso narrativa desde la llegada del primer Silveti -Juan Silveti Gascué- al país, quien fundó una dinastía torera que va ya en la cuarta generación, de toreros alternativados en España y México, caso único en el mundo; de eso trata «Relatos de una Dinastía» que escribió Eduardo Solís Díaz, quien relata tanto historias íntimas de familia, como sus tardes de gloria y sin sabores en los ruedos. Como con Diego Silveti, hijo del desaparecido torero David Silveti, inicia la cuarta generación de toreros en la familia del tronco torero iniciado por su bisabuelo, el famoso Juan Silveti Mañon, más conocido como Tigre de Guanajuato, y continuado por su abuelo, también llamado Juan Silveti Reynoso; por su padre, David Silveti, y por su tío Alejandro Silveti.
Estos cuatro toreros tuvieron oportunidad de torear en la capital de España. El más antiguo lo hizo en la importante y desaparecida plaza de la Carretera de Aragón, lugar en el que hoy en día se encuentra situado el Palacio de los Deportes. Por su parte, Juan, y sus hijos David y Alejandro, confirmaron su alternativa en la Monumental de Las Ventas, el mismo escenario donde Diego se ha presentado.
Comentó que, hace ya un siglo del nacimiento de El Tigre de Guanajuato, Juan Silveti Mañón, torero de gran temeridad dentro y fuera del ruedo, que siempre vistió de charro, participó en la Revolución Mexicana y alternó con los más grandes de su época. Le siguió su hijo Juan Silveti Reynoso, quien en los años 50 obtuvo grandes triunfos en Las Ventas de Madrid. Viene luego David Silveti, el llorado Rey David, pese a sus prolongados alejamientos de los ruedos, no hubo uno que se atreviera a ocupar su trono, combinando el valor del abuelo y el arte de su padre. Y la dinastía de los Silveti se renueva por cuarta vez en Diego, hijo mayor de David, quien hizo historia haciendo de este apellido legendario el único caso en la historia de tener cuatro generaciones de toreros.
Finalmente, intervino el comentarista taurino Rogelio Araujo González, quien participa en diversos medios radiofónicos queretanos cubriendo espacios taurinos, así como en redes sociales y programas nacionales como el del cronista aquicalidense “El Yiyo”, compartió diversos tópicos de su profesión, así como de su afición taurina, del cómo se formó y cómo se fue desarrollando, enriqueciendo con vivas imágenes orales de pasajes taurinos importantes en la vida taurina de México y España.
A los tres se les entregaron diversos presentes como agradecimiento por su participación, siendo clausurados los trabajos de la reunión cerca de las 19 horas, dejando un grato y placentero sabor del evento, saliendo todos los asistentes enriquecidos de tauromaquia y convicción de la defensa de este arte y orgullo nacional.
